Marcelo, te escribo después de miles de intentos, que cada uno empezó con la misma frase.
Intente escribirte tantas veces, pensé en escribirte tantas veces. Tal vez siempre estar buscando el momento indicado para escribir, es lo que hace que finalmente escriba tan poco.
Pensé escribirte en los momento donde creía que tenia la cabeza mas ordenada , también pensé escribirte en los momentos donde me dolía la mandíbula de apretar los dientes para no llorar , te quise escribir en los momentos donde descubrí nuevas cosa s, y otros para que me ayudes a descubrirlas vos , te quise escribir con dudas y con certezas.
Yo que me creí una persona que podía perdonar rápido, me di cuneta que mientras mas perdones creía que aceptaba, mas rencor guardaba.
A veces quiero pedir yo perdón, por el rencor que guardo. Se lo quiero pedir mi mama, a mi hermana, a mi papa. Pero es mas fuerte que yo, quiero pedir perdón, pero al mismo tiempo quiero gritarles por todo lo que me hicieron, por la poca compañía, quiero gritarles por todas esas cicatrices que me dejaron tan pero tan marcada. Quiero preguntarles porque hicieron cosas que hicieron, porque no hicieron las cosas que no hicieron, como es que no veían. Quiero gritar porque no se como curar lo pasado. Por las cosas que me enseñaron a imitar, por el cambio que trato y sin embargo no puedo hacer.
Ayer mi hermana lloró. Me enojé con ella, y la acusé de lo de siempre, de que vive en su mundo, de que me dejó sola, de que en vez de estar con migo y mamá se fue una semana a Córdoba y desapareció. La acusé de pensar solamente en ella. Ella, por mi sorpresa, lloró. Lloró y me pidió perdón, me dijo que ella me quería mucho, que si cuando yo era chiquita ella no me había acompañado, es que no podía consigo misma, que me quería mucho y que le hubiese gustado acompañarme, y apoyarme.
Odie esa escena. Mi hermana llorando en la mesa, y mi mamá sentada en la escalera también llorando .Porque es que tengo tanto odio adentro que odio esas escenas. Que en esos momentos quiero gritar y decirles Lloren! , lloren porque se lo merecen ¡ Le quiero gritar a mi mama que ella hizo que nosotras lloremos. O le quiero decir que no, que ni se anime llorar, que no le quiero ver salir ninguna lagrima, que no se merece ni el alivio de, llorar. Que cuando yo lloraba cuando era chiquita ella me gritaba que no llore. Que yo misma me guarde miles de lagrimas para que ella no derrame las suyas., Le quiero gritar a mi hermana que ni se anime a llorar adelante mío, porque ella nunca me dejo hacerlo delante de ella.
Ayer mi hermana me habló con el corazón, yo se eso. Se que mientras ella hablaba, yo lloré, pero cuando dejé de hacerlo, y mis lagrimas se empezaban a secar en mi cara me empecé a sentir como desprotegida. No la podía mirar. Tenía unas ganas inmensas de ir a abrazarla.
Sin embargo la mire y le dije que era demasiado tarde. Y mi mama me grito. Y yo me fui.
Caminé unas 40 cuadras hasta lo de mi papa. No pensé. Tenía el cerebro helado. NO me vino ningún pensamiento, no lloré, no me alivie, no hice nada. Cada paso que daba me sentí mas sola. Más sin ningún lugar adonde ir. Tenía frío, tos, y un fuerte dolor en le pecho. Quise llegar y recibir un abrazo, quise llegar y que alguien me llene de besos toda la cara, que me trajesen la colcha que tengo desde que era bebe y sumergirme en el olor a tostadas quemadas que hace mi mama a la tardecita, (las de la mañana son un poco tristes), quería que alguien me ponga un paño frío en mi cabeza que ardía. Llegue a la casa de mi papa para encontrarme con la horrible realidad , de una casa de techos altos , con una asquerosa mezcla de muebles antiguos forrados con terribles colores plásticos , de lámparas de colores que no combinan ( aunque parece que la nueva moda es que lo que no combina, en realidad combina ) , de olor al grasoso pollo en el orno , todas las luces inútilmente prendidas , y el sonido de lo que no e un hogar , de una mujer que levanta la voz mas alto que todos los demás y sus hijas que quieren llegar al mismo tono.
Lo inútilmente enorme, fuerte, alto.
De la “incajabilidad “(no encajar) de mi papá en ningún espacio de la casa, que solo yo lo siento. Es como un olor, como una luz, como un sonido, una postura.
Mi papa quiere encajar, y yo se que sufre por eso. Yo se que tiene mas preocupaciones que el nuevo consultorio de la amiga de Marisa , del terrible cáncer de próstata de su peluquero , que nunca en su vida comió comida Tai , ni le importa si los platos en vez de blancos y redondos , son rojos , cuadrados y en ves de con cubiertos comer con palitos.
Se que no le parece mas interesante comer comida picante , condimentada con extrañas salsas y que nunca iría a ver “ La malasangre “, con Carolina FAL ( actriz muy, muy pobre ) , que le importa poco buscarle novio a la divorciada cuarentona judía hermana de Marisa , ni que entiende ni la mitad de las palabras que manda en Idish.
No se si le aparecen cómodos los suecos de Manchini que le compra Marisa , ni si realmente le divierten los chistes de judíos.
Mi papa lloró el otro día.
Lloró porque no le está yendo bien en le trabajo.
Me gustó que llore con migo delante. Lo abrasé, le di besos, todos los que yo quise, y lo volvía a abrazar, hice como hacen los papas con sus bebes, cuando quieren que hagan provechito, le acaricie despacito la espalda. Puse mi cabeza en su panza, para sentir como se hincaba grande la panza y se volvía a desinflar lenta y un poco espasmódicamente, por los llantitos que tragaba. Yo también lloré. Porque la imagen que tuve toda mi vida de mi papá fue: Dios y un cachito mas abajo mi viejo, y a veces se peleaban lo lugares, y claro que cundo fui creciendo eso cambio mucho, pero siempre tuve la sensación de mi papa de algo grande, inmune a todo, inmune al fracaso.
Lloró, por el peor tipo de fracaso que puede sentir una persona. El lloraba y me decía: Yo se que hay una solución, soy yo el que no la puede encontrar. Ahí lloré, porque entendí su dolor, no es un fracaso perdido, sin solución, es peor, es el que tiene solución y uno no encuentra como solucionarlo.
Anteayer también lloró. Me preguntó porque yo no le hablaba hace mucho. Y yo le dije que si el no me hablaba, y no tenia nada que decirle.
Lloró por su trabajo, lloró por lo que le molestaba de su papá. Gritaba y decía, que querés, es así, tenés un papa, poco comunicativo! Poco comunicativo, poco comunicativo, poco comunicativo. Tenía ganas de decirle que no lloraba por eso. Pero no me anime. Le seguí su juego de normalidad,: sisi, decí que lloras y que gritas solo porque sos poco comunicativo, y no porque estas agarrado de un cinturón que te aprieta el estomago, y que tenés una correa con la que te llevan para todos lados. Decí que lloras porque me fallaste como padre, y decí que es por mi, pero yo se que lo que en realidad te duele es decir que fracasaste en algo.
Luli siempre tiene las manos suaves, su ropa siempre tiene olor a recién lavada, nunca se le rompen las uñas, ni tiene el pelo sucio... No tiene agujeros en la ropa , y sus orejas no sobresalen de su cabeza.
Mientras lloraba movía las manos como hace ella, con un gesto un poco exagerado para mi, donde muestra toda la abertura que tienen sus dedos, y se sacaba las lagrimas que le quedaban trabadas en el ojo con la punta de la uña.
No puedo dejar de pensar en como una pequeña ayuda departe de ella cuando yo era chica hubiese podido ser mi salvación. Porque fue así, no se, ella me lo explico, pero muy pocas veces las excusas de los otros pueden ser excusas para uno. Talvez, si en un futuro, Maite me pregunta, si es que lo pregunta, porque no le di bola, y yo le responda, porque ya tenés otras dos hermanas que te podían divertir mas que yo, se enoje. Pero no le puedo decir la verdad, ni se la voy a decir. No le puedo decir que nunca la sentí mi hermana, y me nunca dejaron que la sienta. Que nunca me anime a cambiarle los pañales, y que el día que por primera ves le hice la leche, que ella me dijo “que que dica leche malu” fue uno e los más felices, que nunca la había sacado a pasear yo sola, y que nunca se quedo a dormir en mi cuarto. Nunca le voy a decir que siempre que jugaba con ella me la sacaban de los brazos y que, no estuve en ninguno de sus primeros cumpleaños porque sentía que molestaba, Que yo no pase con los animadores a hacerle títeres a Maite y nunca la tuve en UPA mientras soplaba las velitas. Que a escondas le hacia el juego que me hacia mi papa a mi, que era “comerme las empanadas “, y comerle los deditos de los pies.
Decidí perdonar luli. Decidí dejar atrás algunas imágenes incomprensibles. Decidí ayudarla a no encerrarse, porque lo que parecía que ella más disfrutaba, resulta ser su Karma.
Decidí llevarla con migo a pasear y a charlar. Que quiero que me cuente todas esas cosas que no me contó cuando éramos chicas. Le voy a pedir que realmente me ayude con mamá, y que no solo me responda que “ella también lo vivió”. Es un buen momento para acompañarnos.
Te tengo que confesar algo. Espié el libro que empezó a escribir mi mamá.
Habla de la casa chorizo que tenia cuando era chica, de sus tías y sus vecinos. Ay mama, le quiero acariciar la cabeza y hacerla dormir. Que duerma días enteros, con una sonrisa, que sueñe los viajes más lindos. Que se olvide de Pablo, de España, del guardapolvo blanco almidonado de su escuela primaria.
La otra vez , cuando cortamos el teléfono , cada una desde su casa se largó llorar , yo se que lloró , lo escuché desde mi otra casa. Hablamos de Pablo ese día. (No se si sabes que hace meses que no habamos con Pablo).
Le escribí de su sonrisa triste, esa que ayuda a que esconda sus dolores, ese mismo gesto que yo aprendí. Como cuando hablo de Pablo, ella sonríe, con esa sonrisa infinitamente triste y dolorosa, que le aprieta el alma, que le ahoga el corazón. Que solo deja los ojos abiertos para mostrar que todavía tiene fuerza, sabiendo que por alguna ranura de los ojos, por mas cuidado que tenga se le escapa, con un poco de ternura tal vez el inmenso dolor que siente por dentro. Yo se que se le cierra la garganta y ele estomago.
Le dije que me gustaría abrir su cabeza, y ordenar el desorden, dejar los feos momentos en un lugar, bien ordenados, para enorgullecerse de los superados o aprender aquellos que no. Le dije que para sanarlos, o para dejarlos sangrar. Que fluya la sangre bien roja y espesa , como un río que corre , y dejar que se valla , que fluya , que se lleve todo en sus olas, para que en el momento donde deja de sangrar y empieza a secar , limpiar esas heridas , limpiarlas y cocerlas para que nunca mas , ni con un raspón puedan volverse a abrir.
Que guardaría los buenos en toro lugar , bien a mano , para que recuerde los momentos en donde tuvo la fortaleza apara seguir adelante en los momentos donde no se podía hacer mas que llorar , y que siempre se puede encontrar una salida , lo mas chiquita que sea.
Que en otro lugar, guardaría los sueños, hasta los más oscuros, los más escondidos, los ahogados por el polvo del deber o del no poder.
Los que siguen navegando en la corriente de lo irrealizable, donde solo algunos se animan a navegar contra la corriente. Los débiles, si no, se ahogan, y mueren atrapados en lo mas oscuro de un mar infinito, repleto de sentimientos de fracaso y olvido, la indiferencia a o la negación.
Le dije que conozco su sonrisa , su sonrisa repleta de sueños no realizados , que atormentan DIA tras día , que se convierten en pesadillas , que los odias , y te sentís un tonto , y querés arrancártelos del alma , a mano limpia , sin importar cuanto te lastime , cuanto sangres.
Le confesé que le escribo a Pablo todos los días, todas las mañanas, todas las tardes, que mi diario son hojas y hojas para Pablo.
Le dije que intento tranquilizar a Pablo. Que le digo que no tengo resentimientos, que tengo la virtud, o el defecto, tal vez, de entender a los soñadores, talvez porque yo también soy una. Que yo en el fondo sabía que no todo iba a resultar como el decía, o talvez no, talvez no lo sabía, que yo solo me deje llevar por el dulce aroma de los grandes sueños. Que le pido que por favor! Que no sienta culpa ¡ y que yo también me hipnotizaba con los vistosos colores . Como cuando el venia , saltando y gritando : BOLUDA ¡ NO SABES LO QUE VI ¡ , y me lo decía saltando , y me agarraba y me tironeaba de los brazos , para que me entusiasme con el , y resultábamos dos nenes , festejando porque encontraron el mejor juguete del mundo.
Finalmente, le pedí fuerza.
Cuando terminé de leer la carta, mi mama lloraba, vino y me abrazó, y con una fuerza increíble, y me dio besos en toda la cara, como dijo que hizo el día que yo nací, con la necesidad de llenar de besos a su bebe. Me dio besos en los ojos, en las lágrimas,
Me dijo que como podía ver tanto, y que para escribir eso tenía que vivir mil años.
Yo no la abrasé, me quedé con los brazos a los costados, como siempre hago. Es lo único que no me sale hacer con los adultos, abrazarlos mientras yo también estoy llorando.
Después se pudo a reír como loca , con esa risa que odio suya , mas fuerte de lo necesario , y gritaba : Sabes cual es tu único defecto! sos muy parecida a mi!.
Bueno, esas son las palabras mágicas para ponerme de mal humor.
Yo no me reí, no hice ningún comentario.
Se que es un consuelo para mi mama, y lo que yo a veces digo para excusarla de tantas cosas.
Bueno Marcelo , disculpa por este extenso , extenso , extenso e.mail. Ja, ja , es que creo que se fueron acumulando las cosas desde el día que me dijiste “Escribime cuando quieras” , y el día que me propuse hacerlo.
Un beso muy grande a todos, y espero poderlos visitar pronto.