sábado, 28 de julio de 2007

La vida era linda


no te das una idea, de lo feliz que estoy mientras escribo estas palabras.
porqué, de donde vengo, poco importa: básicamente fui al teatro, y a cenar, y con esa cena, no hace falta decirlo, se tomó vino del bueno y en cantidades.

estoy feliz porque estoy vivo y tengo cosas para contar.

suburbios de parís? tengo una muy buena: antes de poder vender el hashish, tuvimos que ir a comprarlo a un "mayorista". para eso nos tomamos el tren hasta la ciudad universitaria de Nanterre. llegamos a la tarde, y mi primo, para aterrorizarme, me decía "mientras no se haga de noche, salimos vivos". fuimos hasta una mezquita. SI, UNA MEZQUITA, a buscar un marroquí que era el mayorista. era el tipo más amable del mundo, igual yo miré toda la transacción alejado algunos metros, porque tenía terror de caer como narcotraficante y que me sacaran mi pasaporte francés, que es como mi carnet de socio del primer mundo, club al cual mejor es pertenecer que mirar de afuera. la transacción salió bien y lo celebramos, obviamente, fumando uno en el camino, junto a una autopista. autos volando al lado nuestro y un porro cargadísimo a las 7 de la tarde de Nanterre, hacía calor, éramos jóvenes (todavía hoy, creo que soy joven, aunque un poco menos que entonces). volvimos en subte desde Gare de Lyon hasta Porte de Pantin, otro suburbio, el nuestro, el mío, y ni bien bajamos compramos cervezas en lata, porque los franceses así la toman, en lata o en porroncito, pero nunca en litro, lo cual me fastidia bastante. y esa noche la terminamos en un cine al aire libre que había puesto la municipalidad. hordas de negros y árabes amontonados como ratas, y nosotros, latinos-ratas, mirando, drogados y ebrios, "matador" de almodovar, riendo sin entender, porque el sonido era malo, pero la vida era linda, la vida, male, linda, era linda.

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