LLegué , y Buenos Aires se prendia fuego .
Cruzé atontada de olor a conultorio ginecologico y manos de vieja pudorosa que la frontera entre ese mundo sin lugar , y mi lugar sin mucho mundo que es la ciudad .
Un olor a caucho quemado y niebla virosica se engramparon violentamente a mi cuerpo como si hubiesen estado esperandome , para no dejar a ningún viajante libre de haber llegado.
Pensé que alfin habia llegado el dia , y yo habia llegado justo para verlo , en que mi ciudad colapsaba con nosotros dentro , ahogandonos en la humareda , hierviendonos entre el asfalto y el sol lastimado.
No sabria si reir o llorar , si victoria o de derrota.
Y perdonalos , porque no saben lo que hacen .
Nos siento como esos juegos que me traia mi abuelo , esos baratos , de plastico fluor , que odiaba pero me era imposible no jugar .Esos que me exasperaban , asi como me exaspera hoy . En el que bolitas color plata se pasean enmantecadas en un laberito sin comienzo y sin fin .
Las manos tiemblan , el colectivo resopla cansado , las bolitas se enloquecen . Solo hace falta el que se agote o un hombrazo . El que lo tira al piso y parte el plastico , con el talón , para darle como mas le duela , para mirar despues , entre la venganza y el arrepentimiento , como las bolitas se escapan a esos escondites donde nadie mas las pueda encontrar ; dolidas quedan bajo los socalos , entre rejillas o se unen al polvo , rogando pasar desapercibidas y quedar asi vagando entre la basura .
Si tuviese que ponerle un principio a esta historia , no sabria donde .
Si empezó con mi mania de romper lo que no podia resolver , si empezo el dia que aparecí en este mundo , o el dia que ella apareció o el dia en que el y tantos otros desaparecieron .
Clara apareció negra y con el pelo carpincho .
- Negra como vos .
Pero a Elda no le importo .
Talvez empezó cuando la vida que parecia mas simple , o el Cadilac azul , se llevaron a la unica persona que le dijo alguna vez que era hermosa .
Clara metió los dedos entre la empolvada persiana amerciana y dejó una ranura para sus razgados ojos de india .
Mama Elda tiraba de su falda mientras se acomodaba en el asiento delantero , al lado de un hombre del que nunca pudo olvidar su cara .
No por el .Otro tano de barrio vecino que aspiraba a nada , polvo , y cigarillos de cartón .
Si no , por que fue la misma que le tocó a su hermano.
Abel lloraba en el cochesito , con la boca sucia de polenta barata y blandiendo con enojo su oso rojo , que por pobreza o descuido fue el mismo que tuvo que acompañarlo toda su niñez.
Clara todabia hoy siente las llemas empolvadas. Ellas se acarician mutuamente , entre ellas y con la palma y en los dias de valentia o esos que parecen aguados , se rozan con la cara , con la boca , con los ojos y estos se cierran y recuerdan cosas .
Recuerdan , o imaginan . Ya da igual.
Clara tiene de esas miradas que uno no quiere ver , no solo porque ella ve todo , si no tambein porque uno ve todo de ella. Tiene ojos de esos que uno no quiere ni imaginarse que fue lo que vieron .
Talvez poreso sali un poco encorvada , por mirarle mas los pies que la cabeza .
Talvez asi empieza la historia de mi vida , talvez de esto se trate esta historia , con lo que se vio y lo que no se vio . De certezas y vacios , con inventos y un par de sueños . de huecos y abusos ,de vicios , de risas absurdas , de alegrias y lagrimas alegres , de gritos desaforados que dejan eco , y , aunque deteste decirlo
, sea por falta o sea por abuso : de amor .
viernes, 27 de junio de 2008
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